RADIO EN VIVO

17 de enero de 2015

Seis policías sumariados por robo del motor de un vehículo siniestrado

(territoriodigital.com) Entre los investigados se encuentra el segundo jefe de la comisaría. Los uniformados involucrados fueron trasladados a otras dependencias.

Seis efectivos de la Policía de Misiones, entre ellos el subjefe de la Comisaría Decimoprimera, quedaron en el ojo de la tormenta por el hurto del motor de un vehículo siniestrado que estaba depositado en el patio de la dependencia.

La investigación se inició hace unos diez días, cuando los uniformados notaron que el motor completo del Peugeot 3008 no estaba al lado del vehículo, tal cual lo habían dejado luego del accidente ocurrido hace tres meses sobre la avenida Cocomarola, que le provocó la muerte a un joven.

El sospechoso evento fue informado a los superiores e inmediatamente comenzaron los trámites para determinar qué aconteció, ya que una sola persona no pudo haber levantado casi una tonelada de peso y por lo tanto, quien lo hizo debió contar con una logística importante.

Como medida preventiva y hasta tanto exista un poco más de luz sobre el asunto, los integrantes de esa guardia que supuestamente descubrió el faltante -incluido el segundo jefe- y lo notificó, fueron sumariados y en las últimas horas cambiados de destino laboral.

Esta grave irregularidad que salpica nuevamente a la fuerza de seguridad provincial fue tratada con total hermetismo puertas adentro, a pesar del trabajo que lleva adelante la dirección de Asuntos Internos de la institución para esclarecer el hecho.

Según las fuentes consultadas, por medio de la investigación se establecerá si alguno o todos los uniformados que están en la mira tienen que ver o fueron parte de la maniobra, ya que claramente debió existir complicidad para levantar y trasladar el bloque completo.

En caso de que se haya tratado de un robo perpetrado por personas ajenas a la dependencia, surge el interrogante del tiempo que les demandó la operación en el patio de la comisaría sin ser advertidos por quienes hacían guardia durante esa jornada.

La sospecha es que el motor fue a parar a algún taller de la zona o vendido a bajo costo para obtener los repuestos y quienes lo hicieron actuaron con la certeza de que nadie lo reclamaría, puesto que tenía la numeración adulterada.

El 3008 que nadie reclama
El auto había sufrido la destrucción total y se encontraba en el depósito que la Policía posee en el predio de la comisaría investigada casi al final de la avenida Cocomarola.

El siniestro vial del cual fue protagonista ocurrió durante el mediodía del lunes 14 de octubre del año pasado, en el cruce de la avenida antes mencionada y calle Los Lapachos.

Según el testimonio de los ocasionales transeúntes, a gran velocidad el Peugeot 3008 corría picadas junto a un Chevrolet Astra hasta que el conductor del primer rodado perdió el control y despistó violentamente hacia la vereda contraria.

El auto derribó uno de los soportes de una parada de colectivos, para luego chocar contra la pared de un local comercial y finalmente terminar destruido.

A raíz de esto, el conductor Enrique Alvez de Oliveira (20) salió despedido del habitáculo y terminó tendido en la calle con múltiples lesiones que luego produjeron su deceso. Su acompañante, Cristian S. (39) se salvó de milagro, aunque estuvo casi un mes internado en estado grave.

Fue tal la violencia del hecho que el motor salió desprendido del rodado y terminó a varios metros sobre al asfalto, en una zona en donde los restos del automóvil destrozado quedaron esparcidos por toda la avenida.

Llamativamente, tres meses después del terrible accidente aún es un misterio a quien pertenecía el automóvil como así también su procedencia, que no fue certificada ya que tampoco se presentó alguna persona como dueño a reclamarlo.

Esa situación dio lugar a versiones que indicaban que pudo haber sido robado antes del accidente pero voceros policiales remarcaron que no existía ningún tipo de orden de secuestro o denuncia por la sustracción.

En definitiva, al Peugeot 3008 nadie lo reclama vaya a saber por qué y eso habría sido el incentivo principal para quienes decidieron robar el motor del patio de la comisaría.